Unos dedos puntean tímidos pero firmes, las cuerdas de una guitarra criolla. En el barniz, se reflejan rostros de calor, de Cañada y de barrio. Unos enormes ventiladores encendidos dan vuelta el pulso de la ciudad y anuncian que el verano ya está a la vuelta de todas las esquinas. Mirando hacia un mismo escenario...
Entrada