La mayoría de los usuarios de computadoras le temen al software libre: entre algunos aún está arraigada la idea de que hay que ser informáticos avezados para manejarlo, aunque curiosamente tampoco sabemos mucho de Windows.
Le preguntamos al Ing. Gastón Araguás, docente-investigador de la Universidad Tecnológica Nacional: ¿por qué las personas se resisten a pasar a software libre?: “Sólo por costumbre”, responde fehacientemente, “y por el marketing que despliega Microsoft.” El fantasma del software libre inaccesible para el usuario común quedó en el pasado. Hoy cualquiera puede usarlo sin necesidad de contar con asistencia técnica, porque incluso es más fácil de instalar y manejar.
¿Qué es el software libre?
El pilar fundamental del software libre es la libertad: libertad de los usuarios para ejecutar, copiar, distribuir, estudiar, modificar y distribuir el software modificado. En plena polémica por las leyes SOPA (EEUU) y Sinde (España), la comunidad del software libre se apoya en una filosofía que promueve no sólo el desarrollo tecnológico, sino la cultura, el conocimiento y la solidaridad.
Y esto es posible debido a la disponibilidad de los códigos de programación que permite saber qué hace exactamente el programa. Esto que parece un dato menor, tiene relación directa con la seguridad de la información que tenemos en nuestra computadora. Otra de las ventajas fundamentales es la rapidez del procesamiento y la navegación. Y para aquellos usuarios un poco más exigentes, el software libre permite, además, modificar los programas y amoldarlo a cada necesidad. Esto implica tener una computadora con infinitas posibilidades y mejoras permanentes, totalmente personalizada.
Con los programas propietarios, en cambio, existen más posibilidades de que ingresen aplicaciones maliciosas que roban información sin que nos demos cuenta. Estas aplicaciones además van ralentizando y deteriorando poco a poco la capacidad de procesamiento de la computadora y navegación.
Ubuntu: Linux para seres humanos
Existen varios sistemas operativos adaptables a cada necesidad y muy fáciles de usar. Ubuntu es una de las distribuciones para computadoras personales más difundidas, que contiene todos los programas con los que cuenta Windows, sólo que con las ventajas del software libre.
En Sudáfrica la palabra Ubuntu significa ‘solidaridad o lealtad hacia otros’. Mantenido por Canonical y una comunidad de desarrolladores repartidos por todo el mundo, este sistema operativo es de acceso libre y gratuito, y se actualiza cada 6 meses.
A muchos nos costó dar el paso de dejar Windows para pasar a Ubuntu: por mucho tiempo preferimos renegar con su carácter indescifrable, misterioso y lento, antes de intentarlo con otro mucho más libre y prometedor. ¡Hasta que un día nos decidimos!
Entre los inconvenientes se encuentra la imposibilidad de encontrar equivalentes que satisfagan completamente al usuario de programas propietarios muy especiales, como el AutoCad. Sin embargo, existen formas de resolverlo: en nuestra computadora con Ubuntu se puede instalar una ‘máquina virtual’ que corre con Windows; así podremos ejecutar los programas normalmente como lo haríamos si tuviésemos el sistema propietario instalado en la computadora.
Mucho más que usuarios
Veamos qué nos cuentan algunos usuarios de Ubuntu:
Joaquín (29) “He podido trasladar casi la totalidad de mis necesidades a Ubuntu y no me costó en absoluto adaptarme, pero sigo necesitando Windows para correr los juegos. Sé que puede resultar insignificante, pero un sistema operativo eficiente y completo debería cubrir el 100% de las necesidades de cualquier tipo de usuario, y no subestimarlas como he visto en varios foros de Ubuntu.” En cuanto a los beneficios que encontró, Joaquín señala el aumento en la velocidad de conexión, la interfaz gráfica mucho más prolija, minimalista y funcional, y la simplicidad de los programas desarrollados.“La ventaja más importante es que realmente inspira a buscar, explorar y formar una conducta autodidacta, superadora, para mejorar el rendimiento y la funcionalidad del open source.” A lo que agrega: “Es motivador encontrarse partícipe y poder reformular el concepto de ‘usuario’ establecido por Windows. Con Ubuntu somos mucho más que eso”.
Elena (30) se considera una usuaria elemental de computadoras y nos cuenta su experiencia: “No me costó dejar Windows. Nunca lo usé demasiado, pero por alguna extraña razón siempre sentí que cualquier cosa que hiciera mal podía hacer explotar la computadora… Ni hablar del pánico a los virus.” Empezó a usar Ubuntu sin el ruido visual que genera Windows, la simplicidad de los programas y la disponibilidad de actualizaciones de forma permanente. “Instalo y desinstalo programas como si nada, y está bueno esto de saber que hay un grupo de usuarios que de manera desinteresada trabaja para mejorar el sistema.”
Jorge (32) docente-investigador de la UNC nos cuenta que la motivación para trabajar con Ubuntu fue la gran cantidad de herramientas disponibles al alcance de un click. “Para investigación sólo puedo usar software libre, ya que bajo Windows, si bien hay cosas que se pueden conseguir, siempre llegás a un límite y no se puede avanzar. Haber dejado Windows fue un alivio.”
Para finalizar: conozco a cientos de personas que prefieren seguir renegando con virus, computadoras ralentizadas y todas las limitaciones de Windows. Conozco a varios que se atrevieron a un sistema libre, gratuito, más fácil, adaptable y con infinitas posibilidades.
Y no conozco a ninguno que se haya arrepentido de pasarse para siempre al software libre.
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