Está en mis dones la capacidad de extravío. Hubo una primera vez, donde al no reconocer el nombre de la calle me asusté. Me detuve a preguntar, pero las personas hablaban el idioma de la puntualidad. Hubo una señora, sentada en el cordón que parecía no ir a ninguna parte, y que desde ninguna parte era vista a menos que ella hablase.
Improvisó una dirección, confíe en su guía, llegué a una fuente donde el agua salía tan alto que se cruzaba con unas luces del sol. Me acerqué y me humedecí, detrás había una puerta alta de madera, la atravesé y descubrí un jardín. Era el patio de un colegio habitado sólo por una chica, de mi edad y color de pelo, vestía un tapado marrón tupido, pasé cerca y me mostró su cigarrillo. Ella era de San Pablo. La miré girar la ruedita de mi encendedor, imaginé que visitaba a su novio argentino, busqué las palabras en portugués para preguntarle, pero ella terminó antes y me agradeció. Volví a la vereda y caminé, sólo si me frenaba un semáforo doblaba. No paré. Y tampoco sé cuántas cuadras fueron. Lo que sí sé es que llegué tarde y que después de esa vez no pido direcciones. Alargo el viaje, confío en que me encuentra el destino.
Ph: Isi Violeta Estilismo: Paloma Arbol Modelo: Jazmin Carballo Ropa: corazonada vintage[nggallery id=343]
Leave a Reply