Salir a recorrer las calles de la ciudad con la cámara de forma incansable, reconocer la belleza en los detalles, que se disipan de forma instantánea después de ser fotografiados,
la luz natural como potencia y la mirada profunda/sincera.
Todos elementos que conversan en estas imágenes y nos invitan a frenar por un momento y contemplar una forma distinta de observar lo que nos rodea diariamente
Texto de Francisco Dangelo
«Mi nombre es Santiago Castillo y llegué a Córdoba desde San Luis donde nací y viví hasta los 18 años con un pie en la ciudad con mi vieja que me crió prácticamente sola y que me demostró lo increíble que puede ser una persona, y con un pie en el campo súper profundo con mi viejo que es descendiente de indios ranqueles y que vive en un pueblo de 4 casas rodeadas del desierto y del monte. Todo eso es vital para mí, porque más allá de lo que llegó posteriormente, nada fue una influencia tan fuerte como lo es el universo en el que crecí, y creo que eso aparece de manera constante en mis fotos.
Actualmente no tengo muy claro a dónde voy, desde hace un tiempo que me siento bien con esa incertidumbre».
¿Cómo te iniciaste en la fotografía? «La fotografía siempre estuvo en mi vida, estudié cine y diseño gráfico y cursé la materia en las dos carreras. También estuvo y está muy presente en mi cotidianidad porque varios de los fotógrafos que más admiro son amigos y comparto mucho de mi vida con ellos. Hace algunos años compré mi primera cámara 35mm y gracias a eso y hasta hoy, la fotografía tiene un espacio protagónico en mis días».
¿Cuándo es un momento para sacar fotos? «Esta respuesta varía constantemente, hace un tiempo hacía fotos casi todos los días y casi en cualquier momento. Durante el 2020, saliendo de un encierro que difícil, fue muy importante sacar fotos durante momentos de angustia, de ese ejercicio salieron algunas de las fotos más honestas que hice. Y últimamente me gusta generar el momento de sacar fotos, de esta manera se generan resultados menos espontáneos pero también más medidos y más cuidados y eso a veces me parece interesante.
¿Qué guía esta selección de fotos para AY MAG? «El hilo conductor de esta selección es el sol y la luz natural, y también el entorno. Todas las fotos fueron hechas en Córdoba y son parte de una serie más grande en la que intento poner en imágenes el amor que le tengo a la ciudad, los ríos, las montañas y la gente que habita esos lugares».
¿Qué es lo más valioso de tu conexión con la fotografía? «Lo que más valoro es el enriquecimiento constante que genera hacer fotos. Sin dudas para mí es más importante la experiencia que el resultado final. Todas mis fotos las hice después de escalar un cerro, de caminar horas por la calle, de subirme a una balsa, de hacer dedo en algún camino o compartir un rato con amigues o con un desconocido. Esos momentos los viví con una cámara en la mano y eso me permitió estar más abierto a encontrar algo interesante en esas escenas y en ese estado puedo relacionarme desde otro plano con una flor, con el sol o con una persona».