Basquiatizados

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Lejos de querer contar la inmensidad de su corta vida Jean Michel Basquiat fue uno de esos pintores “malditos” en la escena artística de Nueva York en los años ochentas. A pesar de haber tenido una educación artística informal siempre mantuvo cierta curiosidad intelectual y una fascinación por el expresionismo abstracto y las vanguardias influenciadas por Mattise o Picasso, la crítica a la sociedad de consumo, la simbología negra y el jazz que fueron perfilando el estilo “muy Basquiat”. Comenzó a crear feroces graffitis en las estaciones del metro de Lower Manhattan, firmándolos con el anagrama SAMO©, que significa «SAMe Old shit» (la misma vieja mierda).

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En 1980, con 19 años, Basquiat tomó parte en la exposición Times Square Show, donde atrajo la atención de la crítica y prensa especializada. Al año siguiente, expuso en el P.S.1, marcando un éxito considerable y dando inicio a su amistad con una de las personalidades más famosas y controvertidas de la época pop, Andy Warhol: juntos se atrevieron a dar que hablar en casi un centenar de obras compartidas.

Su estrategia como pintor era desacreditar y romper esquemas, dejando entrar algunas verdades vibrantes, invisibles y clandestinas. A todo le dio un nombre que no pertenece a ningún idioma oficial y es casi impronunciable. Por eso Basquiat deletrea al mundo en un dialecto deliberadamente propio.

Murió a los 27 años en 1988 de una sobredosis de heroína, tras haber expuesto en la Galería Baghoomian de Nueva York por última vez con excelentes críticas. Basquiat se convirtió no sólo en uno de los más importantes artistas de la segunda mitad del siglo pasado, sino también en un icono trágico en el mundo del Arte contemporáneo.Y como todos esperaban su vida fue llevada al cine en 1997. La película Basquiat está dirigida por Julian Schnabel y en ella David Bowie interpreta a Warhol en uno de sus más reconocibles papeles en el cine. Si bien la vi, no terminó de apropiarse de mi inspiración, ni se ubicó en mis favoritas.

El legado Basquiat tiene una gran carga poética, filosófica y satírica. La moda avanzó con su propio concepto y debido al éxito de temporadas pasadas, en 2010 Reebok volvió a hacer homenaje al neo-expresionismo a través de una exquisita línea urbana exclusiva de zapatillas y remeras con las obras más significativas del artista en 1981. El culto a la cultura graffitera de la Gran Manzana no desaparece jamás.

Yo misma – en lo personal – cada vez que lo veo: sufro una revelación!!

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