Alexander Robotnick

Home Música Alexander Robotnick

Por primera vez en la historia, la leyenda del electro  (la música disco, el acid y el house) llega a la fiesta Undertones Córdoba para dar cátedra de cómo rockear una pista a los 72 años. Noche de culto obligatoria el próximo domingo 23 de marzo (preferiado) en Dorian Gray!

Empezaste a estudiar música de grande, ¡a los 27! ¿Qué hacías antes y cómo terminaste produciendo tus propios temas? A los 18 estaba muy metido en política, era el año 1968 y estaban pasando muchas cosas en Italia, fue un período muy especial. Pero cuando empezaron los 70’s me desilusioné bastante con todo ese estilo de vida y las cosas que sucedieron, así que decidí irme a vivir al campo a trabajar con amigos en una comunidad y ahí es donde apareció la música, que fue como una respuesta a mi desilusión por todo lo que pasaba en mi país en esa época. Empecé estudiando guitarra y jazz en el conservatorio hasta que en los 80’s me enamoré de la música electrónica. Ahí ya tenía 30 años y había escuchado de todo, desde música francesa e italiana hasta rock progresivo y jazz. Pero cuando escuché Kraftwerk, Human League y Depeche Mode, de verdad cambió todo.

¿Cuál fue el primer sintetizador que te compraste? Un Korg Monopoly y más tarde la TB-303. ¡Eran carísimos! Tenías que trabajar 6 meses para poder comprarte uno.

¿Qué hay en tu estudio hoy en día y contanos un poco cómo trabajás? Bueno mi estudio se ve bastante parecido a como se veía en los 80’s sólo que ahora todas las máquinas van hacia la computadora, por supuesto. Tengo muchos sintes de los 70’s (el verdadero sonido vintage), soy adicto a este sonido, pero la computadora está siempre. Ya no tiene sentido en el año 2014 trabajar full analog cuando podés hacer un montón de procesos más rápidos y mejor con una computadora. Lo importante es que el sonido, el origen, sea análogo. Si tenés esto, estás listo.

[nggallery id=533]

¿Cómo y cuándo empezaste con el proyecto de Alexander Robotnick? Un día, a principios de los 80’s, mi amigo Giampiero Bigazzi (el dueño de Materiali Sonori, un sello indie de Florencia) me dice «podés hacer buena plata con la música disco. Sólo poné un bombo en negras y vas a vender 10.000 copias». Lo hice, y produje Problèmes d’Amour. La canción todavía es etiquetada como italo-disco pero no lo es. Es más electro o proto-house. De hecho fue de gran inspiración para la escena house y techno que comenzaba a aparecer en Estados Unidos.

Hasta la ponían Larry Levan o Mancuso en el Loft de New York y se terminó convirtiendo en un tema de culto hasta hoy! ¿Cuándo te diste cuenta de todo esto? La primera vez que usé internet, en el 96 o 97. Busqué Alexander Robotnick en AltaVista y me aparecieron miles de resultados. Ahí me di cuenta de que Problèmes d’Amour había sido algo grande. Incluso hasta el día de hoy, porque un montón de DJs lo siguen poniendo a lo largo del tiempo y sigue sonando fresco. Eso es lo que me pone más orgulloso.

¿Y cuándo decidiste empezar a pasar música como DJ? En 2003 y con el lanzamiento de Oh No… Robotnick!, el álbum que recopilaba mis primeros trabajos, un promoter francés me escribe un email preguntándome si todavía estaba pasando música, ¡algo que hasta entonces no había hecho nunca! pero a lo que respondí que sí. Y así conseguí mi primer fecha de DJ en una fiesta junto a The Hacker y Kiko. Salió todo bien y a partir de ese momento no paré de viajar y tocar por todo el mundo casi cada fin de semana.

¿Cómo armás tus sets y qué setup usás? Trato de que sean originales y diferentes de lo que hacen el resto de los DJs. En general siempre necesito encontrar mi propia manera de hacer las cosas. Creo que como músico tengo un mejor entendimiento técnico que el de un disc-jockey convencional así que aprovecho esto, en conjunto con los beneficios de la tecnología, para sacar el máximo de mis sets. El setup que uso es una laptop corriendo Ableton Live y un controlador.

Muchos te consideran un artista de italo-disco, incluso algunos de tus temas son etiquetados en ese género. ¿Cuál es tu relación con este sonido? El italo-disco que escuchaba en aquel entonces me parecía demasiado comercial y no me interesaba en lo más mínimo. Había un sonido más underground pero no lo conocí hasta 2003. Un día, Fred Ventura me dice «¿cómo es posible que sos el rey del italo-disco y no conocés el italo-disco?» Así que me regaló 3 o 4 CDs con su selección de lo mejor de este género y recién ahí empecé a entenderlo bien. Creo que lo mismo le pasó a mucha gente, este género es más famoso hoy que cuando había salido!

¿Al final, cada 20 años todo vuelve, no?  Sí, fue siempre así. A principio de 2000 yo solía producir electro-clash, me encantaba porque tenía mucho del sonido de los 80’s, pero de repente el tech-house y el deep-house volvieron a dominar. Igual no me deprimí ni mucho menos. Trato de no pegarme a ningún género en especial. Mi amor por la música es a 360º grados y por eso produzco distintos estilos. De todas formas, creo que hoy en día estos ciclos que se repiten cada 20 años están parando un poco. Hoy podés encontrar toda la música que quieras en un segundo. Siento que no hay un estilo dominante pero aún así creo que la revolución es posible. La última de la que yo fui testigo fue la del house music y después de eso no escuché muchas cosas nuevas o diferentes.

¿Tenés muchos discos en tu colección? Tengo una gran colección de discos pero no de lo que te puedas llegar imaginar. En 2008 dejé de comprar vinilos. Tengo muchos. Ahora sólo compro digital. Otra cosa muy buena que tengo es una colección de cassettes de la India, especialmente de música de los templos.

¿Esos cassettes son de la época que producías world music con tu banda Masala? Sí, en los 90’s estaba metido en esa onda. Producía mucho con músicos de Kurdistan, India, Algeria. También tenía una banda que se llamaba Data from Africa, con un amigo de Camerún. Ahora toda la onda esta de world music también está volviendo, pero nosotros ya estamos viejos para volver a juntarnos!

¿En qué estás trabajando ahora? Me piden muchos remixes todo el tiempo, el último que hice fue para Govinda, una banda de los 90’s que está medio de vuelta. Estoy terminando el nuevo álbum de Robotnick, que seguro va a estar listo para mediados de este año, y también estoy trabajando en un live broadcast con The Analog Project, mi proyecto paralelo con Ludus Pinsky: una hora de improvisación con máquinas en vivo.

Leave a Reply

Your email address will not be published.