30 años de las Air Max 90, emblema de la cultura streetwear

por Jopi Heinz

Como en todo diseño icónico, el de las Air Max tiene una historia que los años se encargaron de transformar en mito. En 1987, Nike lanzaba al mercado unas zapatillas que mostraban el aire –una tecnología patentada por el ingeniero aeronáutico Frank Rudy para mejorar el rendimiento de los corredores– en sus costados, como una ventana minúscula a un mundo de tintes futuristas.

En pocas palabras, se trataba de una cápsula de poliuretano cuyo interior alojaba gas inerte. Pero los detalles técnicos no explican el hito cultural que inauguró. Aunque en un principio despertaron algo de desconfianza (algunos sospechaban que esos costados eran demasiado frágiles), le llevó apenas unos meses a las Air Max volverse un objeto de deseo, un calzado tan auténtico como aspiracional que más de una generación quiso llevar en sus pies y que, en sus sucesivos modelos, aún despierta una pasión pocas veces vista en el mundo de las zapatillas.

 

 

En eso mucho tuvo que ver su creador, Tinker Hatfield, la misma persona detrás de otros diseños históricos como las Air Jordan, hoy nuevamente en alza a raíz del documental The last dance. Cuenta la leyenda, narrada por el propio Hatfield, que la idea de volver visible la cápsula de aire (que Nike ya usaba de forma interna en otros modelos, como el Tailwind) se le ocurrió luego de una visita al centro Pompidou de París, cuya fachada esquelética permite ver su interior. 

Nos encontramos allí con una de las primeras claves del éxito del calzado: a diferencia de otros modelos deportivos que buscaban replicar un concepto relacionado con la velocidad o la resistencia, la inspiración de las Air Max proviene de la arquitectura. Y ese detalle es decisivo para la transformación social de las zapatillas: dejar de ser un mero instrumento de los deportistas para convertirse en un detalle estético cardinal en la vestimenta streetwear.

3 para un par perfecto

Luego de las fundacionales Air Max 1 y las no tan exitosas Air Max Light, Nike apostaría por un rediseño que pronto se volvió emblema de la marca: Air Max 3, mejor conocidas como Air Max 90, usadas por amantes del deporte, artistas, fashionistas y gabbers por igual, ya que su estética, versatilidad y variedad (hay muchísimas ediciones) las convirtieron en un fetiche: difícil que un coleccionista de zapatillas no atesore al menos una en su guardarropa.

Su aspecto, más agresivo y moderno, no tardó en cautivar a los fanáticos de los sneakers, quienes además notaron un detalle importante: la cápsula de aire había ganado tamaño. Se volvió un clásico instantánteo y ese status se revalida todo el tiempo: en este 2020, las Air Max 90 cumplieron 30 años y todavía mantienen una vigencia envidiable. Nike, de hecho, lanzó una edición especial 30 aniversario con easter egg incluido que se ganó rápido el corazón de los fanáticos, además de las Air Max 2090, un nuevo modelo inspirado en ellas.

“Fue como El Imperio contraataca de las air maxes”, compara Masta Lee, DJ, diseñador y fan de la cultura sneaker, en un documental que Nike produjo para las Air Max 2090. La editora de moda Kahlana Barfield Brown señala: “No había una persona influyente o un atleta que usara y amplificara la popularidad de esta zapatilla, (Air Max 90) sólo era una zapatilla genial”.

Aun con todos los modelos de otras marcas lanzados en el último lustro, que llevó a la saturación de la tendencia ugly shoes y a que algunos diseñadores se aventuraran en hablar del fin de la era de las zapatillas deportivas (chequear el hashtag post sneaker world), las Air Max 90 mantienen una presencia ubicua en el mundo. Desde figuras públicas como Emily Ratajkowski o Paulo Londra, que se han mostrado con ellas, hasta cualquier amigo cercano que se agencia un par luego de verlas en promoción por internet, estas Air Max están destinadas a perdurar con un mensaje claro: son zapatillas para la calle, sea un trote por un parque céntrico o una caminata por cualquier barrio.

Si en las imágenes de los disturbios por el asesinato de George Floyd en manos de la policía muchos de los manifestantes aparecen con sus zapatillas deportivas es porque son un instrumento más para poner un freno a las injusticias, una forma de reclamar su lugar en el mundo (los Estados Unidos, en este caso). Y con todas sus polémicas a cuestas, Nike entiende ese mensaje y sabe muy bien a quién se dirige: fue una de las primeras grandes marcas en repudiar el racismo. “No pienses que no podés ser parte del cambio, todos podemos ser parte del cambio”, cierra en un video que publicó en sus perfiles institucionales.

 

View this post on Instagram

 

A post shared by Nike (@nike) on